Mi primera experiencia con botox

Mi primera experiencia con botox

Como os iba diciendo, la toxina botulínica nos va a ayudar a eliminar las arrugas de expresión que tenemos, y que aparecen al gesticular. A mí me trataron la frente, el entrecejo y las patas de gallo. Ah,y unas finas líneas que me salían en la nariz. Cuando llegué a la consulta, me trataron muy bien y me ofrecieron un café mientras esperaba al doctor. Que la sala de espera sea tranquila y agradable, y sobre todo sentirme mimada, es algo que agradezco mucho. Pocos minutos después pasé con el médico.

Después de presentarse, primero me preguntó cómo me podía ayudar y me mostró un espejo donde mirarme.
Siempre me he cuidado mucho la piel, y creo que la tengo bonita e hidratada. Sin embargo, me molestaban mucho unas arrugas verticales que tengo en el entrecejo y parece que siempre estoy enfadada o pensativa. Además, al sonreir, aparecían unas líneas que creo que me hacían parecer mayor de lo que soy. Que por si no lo sabéis, tengo 35 años.

El médico me habló del bótox y de cómo podía suavizar todas las arrugas que tenía. Su duración es de 5 a 6 meses y después se iba el efecto por completo. Eso me gustó, ya que no me gusta aquello que se quede para siempre, y me da la oportunidad para decidir si quiero tratarme o no. Así que me decidí a ponerme bótox.

El doctor me hizo una entrevista médica muy completa, y me preguntó por antecedentes personales, familiares, alergias, enfermedades, medicación, posibilidades de embarazo… y luego imprimió dos consentimientos informados, que leimos juntos. Uno era el consentimiento de protección de datos, que me hizo sentirme segura de que mis datos quedaban protegidos por la ley oficial de protecciónde datos, y el otro era un consentimiento donde se explicaba qué era el bótox, cómo funcionaba, su duración, y sus posibles efectos secundarios.
De las posible complicaciones, ví que todas eran leves y todas reversibles. Algún pequeño hematoma, molestias donde se pinchaba por el propio pinchazo, y leves asimetrías, per o que se corrigen con un pequeño retoque.

Me hicieron fotos antes de comenzar al tratar. Tenían una pantalla blanca para que, según me dijeron, las fotos de antes y después fueran comparables, con el mismo ángulo y la misma luz.
Pasé a la camilla, y el auxiliar, me hizo una agradable limpieza facial. Me desmaquilló y desinfectó la zona. Luego el médico me hizo gesticular y me marcó con lápiz donde me iba a tratar. De hecho, me hizo incorporar y me pasó un espejo, y me explicó qué iba a tratar. Posteriormente, me hizo tumbar en la camilla, y me indicó hacer unas respiraciones profundas. Según decía el médico, eso ayudaba a relajarme y a que la musculatura también estuviera relajada. El auxiliar me dio un par de pelotas de esponja antiestress, y me ofreció unas bolitas de árnica para poner bajo la lengua.

El tratamiento es tan suave que no necesité anestesia, y en muy poco tiempo ya ha terminado. Tuve suerte y no tuve ningún hematoma, a pesar de que pinchó en varios puntos. La aguja es tan finita que parece que te pica un mosquito. Quedan unas marquitas por el propio pinchazo que tardan nos minutos en desaparecer. No notaba nada más.

A los tres días notaba mucho más lisa ya la frente y el entrecejo,y las patas de gallo se habían suavizado mucho. Empezaba a hacer su efecto. Nunca, ninguna crema que utilicé, y eso que gastaba cremas caras, había conseguido ese efecto. A los 10 días me veía genial, muy natural, y sabéis qué? Mucha gente me decía que me veían mejor, que tenía buena cara, que estaba descansada… Justo lo que yo quería!
Fui a revisión, y me hizo un par de retoques que, a su juicio, necesitaba, Y yo ya me veía genial! Es tan natural que nadie percibe nada más que un aspecto más relajado y una imagen más juvenil. Estoy feliz y contenta con el tratamiento, de hecho, sé que continuaré con él.
Quería compartir mi experiencia, así que si tenéis alguna duda,

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